El tabaco y la alergia, una mala combinación
En el ‘Día Mundial Sin Tabaco’ queremos aprovechar para compartir cierta información que seguramente no tenías en cuenta. ¿Sabes que fumar puede agravar los síntomas de la alergia estacional? Los efectos nocivos del tabaco sobre nuestra salud no se detienen en esos pulmones ennegrecidos que vemos en las cajetillas de tabaco, ni en el aumento del riesgo de padecer cáncer.
Los fumadores que padecen alergias que se revelan a través de congestión nasal, estornudos o conjuntivitis sufren un agudizamiento considerable de estos síntomas. Esto es debido a las cerca de 5.000 sustancias químicas que contiene el humo del tabaco y que irritan las vías respiratorias, algo que impide al sistema inmunitario luchar contra los alérgenos para evitar que estos penetren en el organismo. Pero es que, además, fumar también reduce los efectos de cualquier medicamento antialérgico o vacuna preventiva.
¿Y qué ocurre con los fumadores pasivos que también sufren alergias respiratorias? Pues más de lo mismo. La exposición indirecta al humo del tabaco también facilita reacciones como congestión nasal, irritación de ojos o estornudos, incluso un agravamiento de los episodios de asma. Eso sí, la incidencia de estos efectos en las personas alérgicas que no fuman es menor debido a que no son fumadores activos.
Por todo ello, por ti y por las personas que te rodean, la conclusión resulta evidente. Si eres fumador y sufres alergias respiratorias, el consejo que te damos para mejorar tu salud es claro: deja de fumar. Si es tu caso, quizá el mejor momento para abandonar el tabaco sea en las semanas previas a la llegada de la primavera, que es la estación en la que más incidencias alérgicas sufrimos. En cualquier caso, la mejor decisión es no esperar a que el campo florezca para dar la espalda al tabaco.